Isidro Bautista Soriano

La visita del presidente Andrés Manuel López Obrador confirma que el pueblo no se equivocó en elegir a Evelyn Salgado Pineda como gobernadora para que a Guerrero le vaya mejor.

No pasó ni una semana después de su toma de posesión en quedar ajustada la dupla de gobierno para despertar una mayor esperanza entre los más pobres de Guerrero, especialmente de la región de La Montaña, por salir del olvido en que estuvieron sumidos por años.

Como aquí lo dijimos hace unos quince días, no pudo haber resultado mejor candidato o candidata, ni mejor gobernador o gobernadora que ella ante el gobierno de AMLO, luego de que el ahora senador Félix Salgado Macedonio fue dejado fuera de la contienda electoral por el INE.

Ante el mismísimo López Obrador, en tres días de estancia por Guerrero, Salgado Pineda dio muestra una vez más de dominio propio, de tener habilidad política, incluido discurso, pues habló muchas veces de manera espontánea o improvisada sin caída alguna.

Serán tres años en los que se espera que de las palabras se pasen a los hechos, de que los secretarios de Estado pongan por obra los compromisos asumidos hoy en La Montaña, Costa Chica, Acapulco y Chilpancingo.

Morena llegó para quedarse, por la fuerza política nada decaída de su fundador. El PRI y PRD, que le siguen en presencia pero a lo lejos en Guerrero, cambian, o los cambian por completo, como dijo José Francisco Ruiz Massieu, en el cargo de gobernador, hace más de treinta años.

Si quieren ser verdaderamente contrapeso, deben por lo menos alzar la voz, y alzarla bien, para mantenerse en vida, aun coleándose, como se ve.

Necesita, concretamente el PRI, no un dirigente sino un líder, para superar el descrédito popular en que aparece a los ojos de casi todos.

Morena y los demás partidos, desde hoy deben ponerse a hacer campaña rumbo a la próxima elección, que debe verse como si fuera a realizarse mañana.

La visita de Andrés Manuel constituye, indudablemente, más simpatía. A San Luis Acatlán, el presidente y la gobernadora llegaron con retraso por infinidad de paradas que tuvieron que hacer en el camino para recibir diversas muestras de afecto y gratitud ante su actuación de gobierno.

No de balde, la frase dicha por el Presidente: “amor con amor se paga”.

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