Isidro Bautista Soriano

Bienvenido a Guerrero, presidente Andrés Manuel López Obrador, ha de decirle el pueblo de este solar suriano, y con más gusto, por el hecho de que él mismo hizo el anuncio de que lo visitará el domingo próximo.

Dijo que “voy a tener una reunión con los presidentes municipales de La Montaña de Guerrero, en Chilpancingo”.

Será la segunda visita realizada desde la llegada de Evelyn Salgado Pineda al cargo de gobernadora, quien, por cierto, este martes 15 cumplió los cuatro primeros meses de desempeñarlo, en los que se le ha percibido con el ánimo para arriba como el observado desde el primer día.

Ojalá no sean dos o tres visitas, ni tampoco cien las que pueda efectuar, sino las necesarias, para corresponder al voto que la mayoría de los guerrerenses le ha dado como candidato presidencial.

En 2006 fue candidato de la coalición Por el Bien de Todos, conformada por PRD, PT y Convergencia, en Guerrero ganó; en 2012 volvió a serlo de la coalición Movimiento Progresista, integrada por los mismos partidos, y en Guerrero ganó, y en 2018 volvió a serlo de la coalición Juntos Haremos Historia, compuesta ya por Morena, PT y Encuentro Social (PES), y en Guerrero ganó.

El hoy titular del Ejecutivo ha acuñado mucho la frase de que amor con amor se paga. Sólo que Guerrero parece querer cantarle unas estrofas que contienen las letras de esa melodía interpretada por el charro mexicano Jorge Negrete: “Despacito entraste en mi alma (…), pero amor con amores se pagan”.

Esa mayoría decidió jugársela por López Obrador, primero con el PRD y después con Morena, y si hubiera sido candidato independiente o con otro partido, también con él se la juega. Se fue por la persona, contra viento y marea.

Guerrero ha sido un pueblo sufrido, explotado, engañado, saqueado por gobernantes y/o políticos de todos los partidos. No en balde muchos le apostaron a rebelarse en guerrilla. A puras dádivas lo han traído y llevado. No ha podido salir de entre la lista de los tres estados miserables del país.

Los indígenas de La Montaña, clasificada a nivel nacional con los peores índices de vida en todos los aspectos, han sido, y siguen siéndolo, no solo utilizados sino explotados. ¿Qué presidente municipal de esa región ha entrado y salido pobre del cargo?

¿Habrá en este solar suriano algún gobernador, senador, diputado o edil que haya acuñado esa frase de “pobre entré a la Presidencia y pobre salgo de ella, pero con la satisfacción que no pesa sobre mí la censura pública, porque dedicado desde mi más tierna edad al trabajo personal, sé manejar el arado para sostener a mi familia, sin necesidad de los puestos públicos donde otros se enriquecen con ultraje de la orfandad y la miseria”. No supieron ni saben quién fue su autor.

Entran al cargo para robar. Gente del PRI anda ya en coqueteo con los de Morena, y así de los otros partidos, con la vista fija sólo en su provecho.

AMLO vino a representar, en efecto, la esperanza. Con el voto dijo: basta.

Así ocurrió con Fox en 2000. Le dieron al PRI la patada por el trasero, sólo que esa vez, el panista resultó un fracaso. En menos de un año de transcurrido su gobierno, dizque se le fue El Chapo del penal.

El constructor de la 4T pasó los tres primeros años de su sexenio con una aprobación popular que no ha variado hasta la fecha.

Guerrero ya no quiere que le canten bonito, que le susurren, que le hagan ojitos. Quiere hechos. Quiere ya ver la construcción de los caminos o carreteras como se le prometió a finales de octubre pasado, por lo menos la primera piedra colocada. Hay confianza plena en el Presidente y en la gobernadora.

Y también quiere que no sólo cuiden las manos a los presidentes municipales, que ya se las han de frotar por imaginarse que ellos aplicarán el recurso en la apertura de esa red carretera, sino que los echen en prisión en caso de que no puedan renunciar a esas viejas prácticas.

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