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Articulos El Guerrero 6 enero, 2023 (Comentarios desactivados) (126)

Olmo del Mediterráneo (segunda parte)

Sergio Lugo

El 27 de diciembre, Joan Manuel Serrat cumplió 79 años; el nacido en Barcelona defendió el catalán, e incluso sus primeras canciones, las interpretó en esa lengua.

Lo escuché por primera vez cuando iba a la secundaria, quizá su canción más famosa es: “Cantares”, basada en el poema de Antonio Machado. 

“Nunca perseguí la gloria… Al andar se hace camino, y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar… Cuando el jilguero no puede cantar, cuando el poeta es un peregrino, cuando de nada nos sirve rezar. Caminante no hay camino, se hace camino al andar…”

Así me enteré del poeta, y supe más de la Guerra Civil española y los republicanos; eso me llevó a conocer a Miguel Hernández, otro poeta que Serrat también le rindió homenaje.

Serrat se volvió un educador de historia. Eso le incomodó al régimen del dictador Franco (apoyado por la corona e iglesia católica). Por eso, tuvo que exiliarse en México en 1975, aquí vivió alrededor de un año.

Me gustan las canciones de Serrat porque ha estado rodeado de músicos excelentes, como Ricard Miralles. Sus letras hablan de cosas cotidianas pero bellas.  

Como ejemplo, está su canción “A un olmo seco”, basada en el poema de Machado. Ahí le canta al árbol, en lo que fue, y en lo que se puede convertir para servir de otra forma: “Al olmo viejo, hendido por el rayo, y en su mitad podrido con las lluvias… Antes que te derribe, con su hacha el leñador y el carpintero te convierta en melena de campana …”

Recomiendo el libro Antología de poesía mexicana del siglo XIX de varios poetas (FCE. México, 2021) se incluyen autores mexicanos, que también les escribieron a las cosas cotidianas, y a su patria. 

En mi natal Taxco (fundado por españoles), durante Semana Santa, penitentes católicos cargan espinas, otros se flagelan, y las mujeres arrastran cadenas. Yo no soy creyente. Ahí me gustaría que se difundiera “La Saeta”, basada en el poema de Machado: “¿Quién me presta una escalera para subir al madero para quitarle los clavos a Jesús el Nazareno?…  El cantar al Cristo de los gitanos… Cantar del pueblo andaluz… ¡No puedo cantar, ni quiero, a este Jesús del madero, sino al que anduvo en la mar…!

Escuché a Serrat en 2003, en un concierto en el zócalo del D.F. organizado por el gobierno capitalino de López Obrador, quien, en octubre pasado, lo volvió a invitar a cantar ahí, en su gira de despedida, se publicaron fotos de ambos en Palacio Nacional. Allá por 2009 en una protesta afuera de la Cámara de Diputados, estábamos los seguidores de AMLO, ahí pusieron Para la libertad de Hernández, y Jesusa Rodríguez la tarareó.  

En 2017, durante su gira “El gusto es nuestro” con Ana Belén, Víctor Manuel, Miguel Ríos y Serrat, en México, condenaron el racismo de Trump. Me dieron autógrafos. Y por fin, saludé en persona a Serrat, afuera del Teatro Insurgentes. En 2019 en Bellas Artes, volví a tomarme fotos con Serrat.

En 1977 el guitarrista Al Di Meola publicó el disco “Elegant gypsy”, con la canción a dúo con Paco de Lucía, en español sería “Danza del sol mediterráneo”. En 1971 Serrat lanzó el disco “Mediterráneo” con su canción homónima, es como una añoranza de su pueblo y el mar.

Para mí Serrat, De Lucía y demás artistas que he mencionado, son como un Olmo del Mediterráneo, su árbol es música y poesía, y cuando envejece, su madera sirve para otras personas, y así viven eternamente, algún niño retomará su canto y guitarra, hecha por la madera de algún árbol viejo.

 “Soy cantor… tengo alma de marinero… Mi cuerpo será camino, le daré verde a los pinos, y amarillo a la genista, cerca del mar, porque yo nací en el Mediterráneo…”: Serrat.