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Articulos El Guerrero 17 mayo, 2023 (Comentarios desactivados) (81)

Norma Otilia y su varita mágica

Isidro Bautista Soriano

Hace tres días la presidenta municipal de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez, publicó en su cuenta personal de Facebook: “¡Gracias por tanto y por todo! Antes no les alcanzaba ni para pagar la nómina, hoy, estamos demostrando que con un ejercicio transparente y responsable, nos alcanza para celebrar y reactivar a la capital”.

Es una expresión que cae en jactancia y vanagloria, lejos de la humildad. Dicen los políticos: una expresión desafortunada, con la que en vez de sumar, se resta.

Está claro que para ella hubo antecesores de su cargo que no podían o no pudieron solventar el pago de los sueldos.

Aunque, como se ve, no menciona nombres, pero ahora se jacta de que ella sí puede, de que ella sí halló la fórmula para cubrirlos.

Es del conocimiento público, porque no se puede ocultar, que cada año los gobiernos municipales se truenan los dedos por el pago del aguinaldo, y que en el caso concreto de Guerrero, se ven en la necesidad de recurrir a los préstamos.

Así lo han hecho los de Chilpancingo, Iguala y otros, cuyos alcaldes, en su momento, tenían que merodear a los bancos o al gobernador en turno para salir del aprieto.

¿Cómo le ha hecho ella? ¿Alguna varita mágica? ¿Saca de la manga los recursos? ¿Habrá eficiencia en la recaudación de impuestos? ¿Ya hizo que todos los usuarios de agua potable y alcantarillado paguen los servicios? Ni aún así, le alcanzaría.

Que pase la clave a los demás presidentes municipales. Que aparte de la jactancia y vanagloria, no caiga en el egoísmo.

Nadie seguramente duda de que es una gobernante capaz y de buena fe, pero encontrar recurso público hoy es como buscar una aguja en el pajar.

Es más, los mismos gobiernos de los estados, como el de Guerrero, se han visto en apuros para pagar hasta el aguinaldo.

Dice Hernández Martínez que “antes”, o dicho de otra forma, sus antecesores, entre los que se encuentran Antonio Gaspar Beltrán y Marco Antonio Leyva Mena, el primero del PRD y el segundo entonces del PRI, por ser los más próximos inmediatos, no tuvieron un ejercicio transparente y responsable, como ella (según aseguró en esa red social) lo ha tenido, a tal nivel que “nos alcanza para celebrar”.

Y la palabra celebrar, viniendo de la propia alcaldesa, se entiende como festejar (de fiesta) como “celebramos a todas las mamás de Chilpancingo”, por el Día de las Madres, el sábado anterior, “con más de 16 mil ciudadanos, quienes abarrotaron la plaza cívica Primer Congreso de Anáhuac”, según publicó en su Facebook.

Adjuntó fotos en las que se observan refrigeradores, lavadoras, televisores, estufas, bocinas activas y demás artículos electrodomésticos como regalos. En su primer año de administración obsequió dinero en efectivo en otro tipo de festejo.

La gente se pregunta: “¿pues no que no hay dinero en el ayuntamiento? ¿Cómo le hace cuando entre la población en general el dinero es escaso? Si hay, según dice, hasta para hacer fiestas, entonces significa que su gobierno no tiene deudas, o que no tiene acreedores acechándola”.

Si hay hasta “para celebrar”, se entiende que ya está al corriente con los pagos por concepto de pensiones y jubilaciones, o de que entregará la administración, llegado el día, en números no rojos, lo que nunca ha ocurrido en ningún nivel de gobierno.

Es sana su intención de festejarle a mamá. ¿Quién no quiere agasajar a su madre? Pero para honrarla, no necesariamente debe hacerse con regalos, o gastar lo que en realidad no se tiene. El mejor regalo que un gobernante puede dar a su pueblo es simplemente cumplir con su obligación, que no es de ninguna manera un favor. No más circo, maroma y teatro.