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Articulos El Guerrero 7 diciembre, 2023 (Comentarios desactivados) (63)

El cerro y chinampas de Emiliano Zapata 

Sergio Lugo 

El 4 de diciembre de 1914, Emiliano Zapata se reunió con Pancho Villa, junto con toda su gente en Xochimilco, ahí pactaron unir sus dos fuerzas para combatir a los carrancistas, y defender a los campesinos del norte y sur de México. El encuentro fue memorable, incluso está la versión casi íntegra de lo que hablaron, hasta de las bromas entre esos caudillos (Villa era abstemio) y el sentido de su lucha por los pobres. El lugar donde se congregaron, el hotel Reforma, estuvo olvidado por muchos años, luego fue una zapatería, yo pasaba por ahí todos los días cuando vivía en Xochimilco, ahora, el gobierno del morenista José Carlos Acosta, alcalde de Xochimilco (a quien conozco desde hace años), recuperó ese espacio para la memoria histórica. En todo ese tiempo he constatado que la imagen de Zapata sigue vigente entre las chinampas y el lago de Xochimilco. También fui infinidad de veces a Milpa Alta, en la Ciudad de México, ahí donde estuvo el cuartel zapatista, y ahora es un museo. Abajo, en el pueblo de Tecómitl tengo a mi amigo Manuel Garcés, cronista de allá, y profesor de una vocacional del IPN (su hijo Edén también es apasionado de la historia). Ha publicado libros y artículos sobre la presencia del zapatismo en la tierra del nopal. Siento bonito al recordar cuando hace un año fui el Día de Muertos y no faltaba la figura del revolucionario del sur entre las ofrendas. Luego, el 20 de noviembre de 2022 me invitó a su casa para conocer a Amador Espejo Barrera, sobrino nieto de Josefa Espejo, esposa de Emiliano Zapata. Así como a Amadeo Guevara Franco, cronista del municipio de Ayala, ambos de Morelos. Coincidimos en que el zapatismo se levantó en armas hasta marzo de 1911, y que resistieron a los militares maderistas y, sobre todo, a los carrancistas, en el sur del país. La comida fue deliciosa, con tortillas hechas a mano, para hacernos tacos con flor de calabaza o de huitlacoche y café, porque el frío pega duro. Yo nací en Taxco, de allá es mi paisano (ya fallecido) Francisco Pineda Gómez, uno de los mejores escritores sobre el zapatismo; precisamente, en un evento sobre eso, hace unos 14 años, conocí al ahora mi amigo Édgar Castro Zapata, historiador y bisnieto de Emiliano Zapata. Tuve el privilegio en 2014, de ser el moderador de la presentación del libro Ejército Libertador de Francisco Pineda (Ediciones Era), donde lo comentaron su hijo Itzam Pineda Rebolledo y Jaime Osorio en mi pueblo. El libro explica cómo Carranza, en 1915, trató de exterminar al pueblo zapatista con ayuda del gobierno gringo. En esos años, cuando yo iba a Iguala, o a Chilapa y Tlapa así como a Teloloapan, la figura de Zapata era la principal en esos cerros; así como en todo Guerrero. Y también la lucha de Lucio Cabañas la tienen vigente, ahora más en su aniversario luctuoso; el abuelo paterno de Cabañas fue zapatista. Hace unos meses le propuse a la gobernadora Evelyn Salgado presentar el nuevo libro de Édgar Castro Zapata en Guerrero, titulado Emiliano Zapata, testimonios de la Revolución del Sur (BUAP y Ediciones del Lirio), y aceptó. La intención era hacerlo en Acapulco en noviembre pasado, pero el huracán lo cambió. Mi objetivo es llevar ese libro y al bisnieto de Zapata para enero, en Acapulco, y que estén presentes los alumnos y profesores de las secundarias, preparatorias y universidades del puerto, para leer dicha publicación en voz alta, y el Plan de Ayala. Estoy seguro que a la gobernadora le va encantar. Todos los cerros de Guerrero, Morelos y Milpa Alta me saben a tierra zapatista. Escríbanme en el periódico quienes quieran participar.