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Articulos El Guerrero 4 febrero, 2022 (Comentarios desactivados) (179)

Fortuna multiplica amigos

Isidro Bautista Soriano

La salida de Javier Taja Ramírez de las filas del PRI debe verse con toda normalidad. Ayer fue él, y mañana será otro. Unos lo hacen porque después ven que su potencial político no tiene futuro, y los otros, por mero oportunismo.

Andrés Manuel López Obrador abandonó el PRD justamente por eso: no vio futuro, y lo encontró en Morena, pero estamos hablando de Andrés Manuel, por favor. Y la prueba está en que logró convertirse en presidente de México por clamor popular.

Ángel Aguirre Rivero se fue del PRI por lo mismo: le hicieron de chivo los tamales, cuando en ese tiempo la dirigente nacional era Beatriz Paredes, y el estatal Efrén Leyva Acevedo. De la peor forma, le dieron la candidatura de gobernador a Manuel Añorve Baños, en lugar de él, a pesar de su evidente fuerza política, la cual quedó reflejada en su triunfo, pero ya con la bandera perredista.

Y es ahí donde se demuestra la lealtad: a AMLO lo siguieron miles y miles del PRD para construir Morena, y a Aguirre también le salió al paso un número indeterminado de priístas, en ambos casos, dispuestos a todo.

La hoy gobernadora, Evelyn Salgado Pineda, con su padre entonces al frente, Félix Salgado Macedonio, alcanzó el cargo por no vacilar en ir atrás o al lado del creador de la 4T. AMLO siempre dio la cara por el senador ahora con goce de licencia en los ataques de los que éste fue objeto en su última campaña electoral para corresponder a su lealtad.

La lista sería interminable de los que se han ido del PRI. ¿Habrá algún partido que se salve de la renuncia de uno o más de sus militantes? ¿Cuántos no lo han hecho en su intento de colarse por una candidatura para ver después qué provecho sacan con el ofrecimiento de vender su “aspiración”?

¿Habrá algún municipio o distrito en el que no se haya dado un caso? ¿Cuántos oportunistas pululan todavía? ¿Cuántos leales habrá?

No todo pues, es traición u oportunismo. Los de Morena materializaron su lealtad en 2018 con su voto para AMLO, y después, en 2021, otra vez con su voto para Evelyn.

Hay de todo en la viña del Señor. En todas partes se cuecen habas. Hay buenos y hay malos.

En el caso del PRI, con Aguirre se atrincheraron miles y miles de seguidores en su respaldo, luego de percatarse –ahí sí– de la imposición de otro como candidato.

En todo partido, no obstante, debe lamentarse la salida de cualquier militante, y de ser posible, hasta evitarla, pero no hay partido perfecto. Es una brincadera de aquí para allá, y de allá para acá. Algunos dicen que cómo se ha prostituido la política.

Javier Taja no será el primero en irse en 2022. Resulta que hasta ahora se dio cuenta que en el PRI hay “costumbres de las herencias políticas” y/o “pagos de cuota política sin trabajo o representatividad”. No las vio –no las quiso ver o no pudo verlas– mientras estuvo en el gabinete del entonces gobernador Héctor Astudillo.

¿Qué hubiera pasado si el PRI conservase hoy la gubernatura, sin haberlas erradicado? Vamos, ¿también se hubiera ido si su hermano Ricardo de los mismos apellidos fuera presidente municipal de Acapulco?

La candidatura de su hermano ¿no formó parte de esas costumbres? ¿La obtuvo por consulta directa a las bases, o fue un “pago” hecho de allá arriba? A poco ¿no hubo militantes impuestos en el PRI como candidatos o dirigentes del partido en el sexenio en que fungió como director general de la Comisión de Infraestructura Carretera y Aeroportuaria del Estado de Guerrero?

Es indudable que cuando triunfan, el PRI es un encanto, y cuando pierden, es un basurero. Mientras están en el poder, todo lo ven de maravillas, y cuando ya no lo están, abandonan el barco, porque no resisten a que en política, como todo en la vida, se gana o se pierde, pero la lealtad debe permear siempre en todo ser humano.

Las riquezas traen muchos amigos… sabia cita bíblica (Proverbios 19:4 Reina-Valera 1960).

isidro_bautista@hotmail.com