Sergio Lugo

Apoyo la construcción del Tren Maya, porque tendrá beneficios sociales, a pesar de la derecha y la reacción.

El tren recorrerá Tabasco, Chiapas, Quintana Roo, Yucatán y Campeche. En Tabasco floreció la cultura olmeca, y después los chontales; en Chiapas, hay una diversidad de indígenas, que a su vez, se podría decir que son como primos de los mayas que habitan en la península de Yucatán.

Desde la época de la colonia española, estos lugares fueron olvidados, porque estaban en la selva. Hubo levantamientos como el del indígena campechano Jacinto Canek en 1761. Después, en el siglo XIX se dio la guerra de castas, donde el gobierno y los hacendados blancos católicos trataron de exterminar a los mayas.

Esos caciques se hacían llamar la “casta divina” porque aseguraban que su Dios católico los protegía para tener como esclavos a los indígenas. Los hijos de europeos son los que fundaron Mérida, y le han llamado “blanca” precisamente por racismo, incluso cuando abundaba la riqueza del henequén se quisieron independizar de México. En Campeche, la capital, hay fuertes para protegerse de los piratas, su malecón es enorme, y también es una ciudad colonial.

En Chiapas, en el siglo pasado, había fotos donde los indígenas tenían que cargar en hombros a los hacendados. Recomiendo leer la obra Balún Canán, de Rosario Castellanos. Es la mirada de una niña, de cómo los dueños de las fincas maltratan a los indígenas en Comitán.

En Tabasco donde es más agua que tierra, era difícil comunicarse con el mundo. El socialista Tomás Garrido Canabal se dio cuenta que el atraso del estado se debió al fanatismo católico y a la embriaguez a la que estaban sometidos los campesinos, por eso, impulsó la educación científica. Recomiendo el documental La utopía tabasqueña (1922- 1935) de Clío, ahí vemos imágenes donde las mujeres también van a las escuelas. Después, el poeta Carlos Pellicer se preocupó por los indígenas, hoy el museo en Villahermosa lleva su nombre.

En Yucatán durante la Revolución Mexicana, el general Salvador Alvarado, y después, el gobernador socialista Felipe Carrillo Puerto, también alfabetizaron a los indígenas y combatieron el alcoholismo y fanatismo religioso. Abrieron caminos para los pueblos mayas.

Yo he estado en el pueblo maya de Tihosuco, en la frontera con Yucatán, hay pobreza y olvido, pero tienen una riqueza cultural. Ahí pudiera ser un centro de artesanías de toda la península. El nuevo aeropuerto se va construir en este municipio, y llevará el nombre de Carrillo Puerto.

En Tulum está la única zona arqueológica frente al mar, la cual tiene una vibra especial. En Yucatán, se ubica Chichen Itzá, donde desciende Kukulkán por efecto del sol, y su acústica es el canto de un ave. Hay una carretera vieja que une esos lugares, donde se ofrecen artesanías indígenas.

Yo he vivido en la colonia Villas del Sol, de unos 100 mil habitantes, perteneciente a Playa del Carmen, Solidaridad. Ahí viven indígenas de todos los estados que he mencionado y están de acuerdo con el Tren Maya (por ahí va a pasar), porque será más barato viajar para ellos, y los va conectar con sus familias.

Me consta que en la Quinta Avenida muchos venden joyería china y ropa de la India (ahí Hernández tuvo un restaurante). He platicado con turistas de todo el mundo, ellos buscan artesanías de los mayas y conocer sus pueblos. Vamos a generar el turismo cultural y antropológico, para que más mexicanos vengan a la península, para así tener un derecho de vía social.

De los artistas que están en contra del tren, primero sabemos que Ofelia Medina y Rubén Albarrán son simpatizantes de los que usan pasamontañas en Chiapas, enemigos de AMLO. Derbez estuvo en Xcaret el cual ha privatizado selvas y agua. Mori hizo comerciales de una toalla de plástico que contamina. Talancón se tomó fotos con Calderón. El tipo de esos artistas, en general, son los que se bajan del avión y se encierran en su hotel de Cancún.